Helado oscuro del verano

No, no hablo de chocolate
(dulce, pegajoso, caliente).
El año entero esperando
la llegada del verano
para este sufrimiento.
Mi reino por algo de aire fresco.
Ya decía hace poco que
mi coche es el perfecto
conductor térmico;
y así es.
Me ahogo sin aire acondicionado,
sueño con ventiladores,
ansío agua refrescante.
Es en estas calurosas fechas
cuando más se necesita y
se echa en falta a los árboles.
En estos tiempos que no corren,
sino vuelan,
cualquier sombra es buena.
Una vez sola sufrí
sensación tan angustiante
y fue metido en una sauna.
Bañistas en el telediario,
modelos de anuncio dándose un baño,
calles Vegafría, Aguado,
Campofrío, jardines botánicos,
todos se ríen de mí.

Parasoles hundidos, inútiles,
sombrillas, gafas

de sol, hielos, congeladores...
Los ancianos buscan la sombra,
los niños juegan en la fuente.
La sombra cotiza en bolsa;

quede el sol para la piscina, la playa...
¡Quién pudiera darse un chapuzón!

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