Por los tejados

Ojalá pudiera
irme por los tejados para
conocer cada cotidianidad.
Ponerle voz personal a los mismos relatos huecos.
Si todas las relaciones humanas se parecen, repetidas,
¿está todo escrito? ¿Dónde se pueden leer?
Ojalá pudiera
irme por los tejados,
si oprimido me falta el aire y
cuando aspiro con fuerza se llenan
de contaminación mis pulmones.
Quiero salir de casa por la ventana,
lanzarme cual gato de teja en teja y
contemplar desde lo alto las
hormigas individuo, que se mueven insensibles al resto,
ciegas, cada una con distinto destino.
Ojalá pudiera
irme por los tejados,
irme por las ramas como
inquieta ardilla o apuesto pavo real.
Arriba el aire es fresco y los ruidos urbanos no llegan.
Ojalá pudiera
irme por los tejados,
huir
hacia el cielo, en busca de
nuevos horizontes y
nuevas calles que pisar.
Huir
de la monotonía, del gris, de la necesidad.
Ojalá pudiera
irme por los tejados para
ver sin ser visto, para
explorar mundos desconocidos, aprender
lecciones nuevas.
Ojalá pudiera, ojalá... ¿Ojalá?
Claro que puedo, y caminar por lo alto de
los edificios es lo más fácil,
pues, como dijo Rosa Chacel,

"La literatura es deseo de irse por los tejados."

Y para mí no es deseo, es necesidad.









Regreso

Hoy mi lista de vuelos se hace par de nuevo.
Hoy regreso.
Donde reposan las perpetuas nieves,
en las más altas cimas,
sobre las más recónditas e impenetrables cumbres rocosas,
yacen enterrados
los recuerdos de esta experiencia.
Permanecen en mi retina las
imágenes de hace apenas unas horas.
Caminar por las solitarias calles nocturnas,
comer la última focaccia,
bañarnos en la fuente de Ferrari,
cerrar la maleta y la puerta de la casa,
el último beso y un hasta pronto subiendo al autobús...
Y ahora, subido en este autobús alado, contemplo por la ventanilla la silueta de la ciudad que me ha acogido estos diez meses e intento pensar con claridad tras una noche de fiesta, despedida y poco sueño. Muchos serán los próximos aviones que coja tras esta etapa, pero los primeros por mi cuenta, cuando me tiré a la piscina en busca de agua, quedan aquí. ¡Y cuántas maravillas sumergidas he encontrado!