La batalla más importante de la Humanidad

Podrán quitarnos la mitad del día,
pero no nos quitarán el sol;
podrán quitarnos la vida,
pero nunca las ganas de vivir.
Podrán negarnos millones de veces nuestras
necesidades más básicas; pero nosotros
sabemos que todas ellas pueden ser satisfechas.
Podrán cercenar y condenar toda lucha que iniciemos,
pero siempre volveremos a empezar.
Podrán gritar a los cuatro vientos que son ellos,
sí, ellos,
los creadores de riqueza;
pero si nosotros paramos, todo se para, y
sin nosotros no son nadie.
Podrán decirnos que es imposible, que
de nada vale intentarlo, que
las cosas están bien como están y, además,
no se pueden cambiar;
pero nunca nos quitarán las ganas de pelear.
Podrán cosificarnos, tratarnos como bestias, comprarnos,
pero jamás nos quitarán la humanidad.
Podrán intentar atomizarnos, aislarnos,
recluirnos en el individualismo más salvaje;
pero nunca acabarán con nuestro compañerismo.
Podrán intentar quitarnos toda esperanza,
pero jamás lo conseguirán.
El futuro está en nuestras manos,
no en las suyas. Sólo
debemos empezar. Juntos,
ganaremos la batalla más importante de la Humanidad.

Añoranzas pasadas

Hace tiempo que comenzamos esta aventura;

una de tantas, pensarás, pero ambos sabemos que

ésta es la más apasionante,

la más reconfortante,

la más divertida y

sin duda, la más prometedora de todas cuantas

hemos emprendido juntos.

Sí, hace tiempo que llegó ese momento, por fin,

por los dos deseado, de

hacer las maletas y meternos bajo el mismo techo.

No es la primera vez, pero sí la más definitiva.

Nuestra casa, nuestros muebles, nuestros enseres…

¿No es emocionante? Empezamos una vida juntos, de

compartirlo todo, hasta la más mínima decisión.

Y sí,

como no podía ser de otro modo, está yendo de perlas.

No obstante, hemos andado un largo camino para llegar

hasta aquí.

No ha sido nada fácil, lo sé.

Ni para ti ni

para mí.

En esos momentos de soledad, de

añoranza, de

impaciencia e impotencia,

son varios los versos que te escribí y que

quedaron en el cajón. Hoy,

desde la comodidad de nuestro salón

(¿no es hermoso ese «nuestro»?),

quiero reunirlos todos para ti.

¿Me acompañas?



Me siento como un corredor en un semáforo en rojo

si no estás,

y no hago más que desear que se abra para

lanzarme hacia ti y poder abrirte mis brazos.

Triste es pasar semanas lejos de ti,

como lo es saber que así va a ser por un tiempo.

Triste es ir a la cama sabiendo que no estás tú.

Triste es la incertidumbre del porvenir;

mas la tristeza se vuelve esperanza sabiendo que

pronto estaremos juntos de nuevo,

dando la vuelta al mundo, como siempre hemos hecho.

Pronto nos pelearemos por entrar en la cama,

y en el porvenir estaremos juntos.


Cuando nos despedimos y

te veo marchar

es cuando siento cuánto te quiero.

Cuando te doy las buenas noches pienso que

no podrán ser mejores que cuando nos acostemos de nuevo,

al fin,

el uno junto al otro.

Sin tu piel todo se vuelve yermo y seco;

sin tus besos, todo duro y áspero;

sin tu abrazos, frío e incómodo.



Ahora, en cambio,

nos hemos juntado al fin y

me siento el más afortunado de los seres.

Ahora, cuando nos levantamos o

nos acostamos,

estamos ahí.

Ahora, después de tan larga espera,

decidimos juntos qué cocinar,

qué visitar o

qué hacer.

Venga lo que venga,

yo siempre estaré para ti

y juntos le haremos frente a

este bello y caótico mundo que

nos ha tocado vivir.

J'ai toujours rêvé de toi

J’ai toujours rêvé de toi, Paris.

J’ai toujours adoré tes beaux boulevards,
même s’ils ont été érigés sur le sang des ouvriers ;
j’ai toujours été fasciné par tes monuments, tes sculptures, et
tout l’art que l’œil curieux et attentif peut remarquer.
Même si des fois les parisiens ne sont pas trop amicaux,
que cela serait charmant d’habiter là où ils le font !
Toutefois qu’il y ait de véritables monstres qui y ont été
édifiés, toutes les horreurs de la banlieue,
ça ne peut pas ternir la splendeur de tes parcs incommensurables,
la majesté de tes places,
et la magie de tes petits angles cachés.
Même si les prix sont trop de fois insoutenables,
même si les personnes comme moi qui sont amoureux de toi
envahissent chaque coin de ta grandeur,
c’est un vrai plaisir de pouvoir te visiter encore une nouvelle fois.
J’ai toujours rêvé de toi, Paris,
avec les images des innombrables films qui ont été immortalisés ici,
ou même avec mes propres souvenirs,
j’attends constamment le jour où je reviendrais pour
te parcourir, te goûter, te vivre.
Entre-temps, ce matin,
comme tous les jours, je continue
à rêver de toi, Paris.

 












 

Nosotros



Desde que te conocí supe que eras especial,

pero aún hoy me sorprendo cada día de

que seas tan para mí

y yo tan para ti.

Tú eres quien me llena,

tú mi musa,

tú,

sí, tú,

tú eres la mujer de mi vida.



Yo

Tranquilo,

despreocupado,

en paz,

feliz

cuando estoy junto a ti.



Nosotros

Nuestros encuentros son como la marea,

que baja cuando estamos separados

y sube cuando nos juntamos.

Pero muy pronto,

antes de que nos demos cuenta,

subirá el nivel del océano que es nuestra pasión

desbordándose

y nos ahogaremos en ella.

Mi felicidad eres tú

A tu lado la magia surge
por todos lados. Salta,
brota y
nos abraza como
grillos en una noche estrellada.
Entonces el amor se siente
a flor de piel;
eso es poesía, y no estas humildes líneas.

Entrelazados los dos por
los mismos sentimientos:
admiración, deseo,
cariño, respeto,
confianza, anhelo,
y tantos otros que no alcanzo a expresar.
Mi ojos te miran emborrachados
de pasión, y contemplan tus
bellos ojos ebrios de amor.
Entonces sé que,
en cualquier circunstancia,
en la bonanza y en la adversidad,
si pongo en tu mano la mía
tú me la apretarás.
Así mismo estaré yo siempre para ti, mi bien.
Nada me hace más feliz.
Y siento la necesidad de decírtelo,
de gritarlo a los cuatro vientos,
de escribirlo en estas líneas:
mi felicidad eres tú.
Te amo.