¿Dónde quedaron?

¿Dónde quedaron nuestros recuerdos?

Camino por las calles de la ciudad que,

una noche,

nos unió de improviso y que

nos vio crecer juntos durante años.

Pero eso ya quedó lejano.

Ahora, mis ojos se posan en esos rincones y

la luz del recuerdo se me antoja débil,

como las estrellas más lejanas que, en el firmamento,

se van apagando con el paso de los siglos.

E incluso puede que ya estén muertas,

y de ellas sólo quede la luz que desprendieron

cuando aún eran orgullosos astros en el espacio.

Tal vez acogieron cosas bellas, tal vez

allí nacieron nuevos elementos.

No lo sé.

Tal vez simplemente

este paseo nocturno me hable de cosas que mueren e,

incluso muertas,

siguen iluminando noche tras noche sobre nuestras cabezas.

El mundo está escaso de poesía

El mundo está escaso de poesía.

Poesía que inflama los sueños,

poesía que es la medida de lo humano,

poesía que materializa en las pequeñas y

más cotidianas cosas

los anhelos, los sentimientos

que todos compartimos.

Ingenieros, arquitectos,

obreros,

oficinistas, recepcionistas,

jardineros y fabricantes,

la Humanidad entera,

todos debiéramos conocer

la mirada poética para

encarar el mundo y

transformarlo.

Todos debiéramos observar y

dejarnos conmover

por las cosas más pequeñas y maravillosas,

o las más habituales pero extraordinarias;

y, entre todas ellas,

en el centro quizás,

la más hermosa y excepcional del mundo todo;

la única capaz de crear poesía.

El hombre.

Sí, todos debiéramos conocer las notas de la poesía

para componer libremente la música de

nuestro universo

y componernos a nosotros mismos.

Para hacerlo siempre más bello,

más agradable,

rebosante de arte.

Para hacerlo, en fin, más humano.

Si tú no estás

Si tú no estás, la vida se para.

Si tú no estás, siempre siento frío

y nada vale nada.

Si tú no estás,

el veintidós pierde todo el sentido

y te veo en todas partes, pero tú no estás.

Si tú no estás, el tiempo no pasa,

la comida no alimenta

y esta honda pena

me anega.

Si tú no estás,

mi prosa se apaga y sólo me desgarro en verso,

pero de mi vida desapareció la poesía y

todo se volvió prosa.

Si tú no estás, así me lo imagino yo,

el dolor y el desánimo imperan,

y el futuro no está en mi vocabulario,

el presente está exánime

y sólo reina el pasado.

Si tú no estás,

yo no soy nada.

Nunca te separes de mí.

Si decides darme la mano como

has hecho hasta ahora,

nos queda toda una bella vida por delante,

que viviremos con pasión como

siempre hemos vivido.

Te amo.


Sin ti no soy nada - Amaral