Como una arrebatadora salsa

Como una arrebatadora salsa nos movemos

a un solo ritmo que

puede ser frenesí,

puede ser dulzura,

puede ser aventura,

puede ser éxtasis.

La pista de baile es la vida;

los pasos, el aprendizaje.

Siempre alegres, siempre

animados,

yo te sigo a ti

y tú me sigues a mí,

y con apenas una mirada nos transmitimos

lo que sentimos,

lo que anhelamos,

el paso siguiente.

Tiernas y sensuales son

nuestras voces al cantar los estribillos,

ágiles y estudiados nuestros movimientos

coordinados.

No hay lección que no aprendamos,

no hay canción que se nos oponga,

pues aprendemos día a día y

juntos somos más fuertes.

Siempre que nos juntamos, la música invade

nuestros cuerpos,

la sonrisa abarca nuestros rostros

y se agitan nuestros corazones.

¡Qué gran pareja de baile!

¡Qué gran pareja!

Lástima no haber aprendido aún salsa

más que en la metáfora,

en el sentimiento y

en el divertido intento.

¿Me acompañas en la próxima lección?

¿Bailas?

Idilio - Willie Colón

Una isla lejana

Hoy quiero hablaros

de una isla lejana.

En medio de la mar océana se yergue

un paraíso terrenal, sobre

una gran columna basáltica asentado.

Su clima, al igual que sus gentes, es casi siempre agradable;

pero también, como sus paisajes, es enormemente variado.

Tanto la fría montaña como

el asfixiante desierto;

tanto el yermo campo como

la selva subtropical;

tanto el ventoso barlovento como

el calmo sotavento;

tanto el sol eterno como

las nieblas danzantes.

Todo cabe en este pequeño punto sobre el mar.

Mientras acarician su silueta 

tenues dedos de nubes,

se debate en guerra perpetua contra 

el viento y las olas,

sus roques y acantilados son los soldados.

Y en su centro se enseñorea 

el gran volcán que, como centinela o

como gallina protectora,

vigila a sus pollitos, que son

las otras islas.

Esa gran mole, surgida de lo más 

profundo de la tierra,

mucho más allá de donde la última forma de vida 

puede existir,

ha fascinado siempre a todo hombre que sus ojos puso sobre él,

a propios y a ajenos;

los unos lo creían 

la puerta del infierno;

los otros, 

el pico más alto del mundo.

Todo lo vigila mientras,

el alisio se lo permite.

Aunque de superficie escasa, abunda la isla en

lugares mágicos y, muchas veces, ocultos.

Pinares, plataneras, playas de arenas negras, blancas, amarillas, de callaos...

y, por supuesto, parajes volcánicos, malpaíses,

coladas petrificadas por el viento y

cuevas de lava.

Rodeando al pico de nieve se abre

el gran circo, la gran

planicie rocosa, igual

que si se llegara a la superficie de Marte.

Los más variados bosques lo rodean, plagados

de vegetales únicos en el mundo.

Todo en este lugar mágico es

bello, curioso, exótico.

Dichoso aquél que pueda conocerlo, explorarlo y, más aún,

vivirlo. 

 












 

¿Cuándo volverá?

Esperando en la cama estoy.

Mi amor se fue sin darme yo cuenta.

¿Cuándo volverá?

Cada vez que oigo la

puerta del portal

pienso que es ella que llega

por fin.

Mas no, que no vuelve todavía.

¿Dónde estará?

Mi alma se impacienta pensando

en el tiempo que lleva de espera.

¿Será ella esta vez?

¡Pardiez, qué momento!

En vilo quedé desde que desperté

y nuestra cama estaba medio vacía,

que no medio llena.

Al fin oigo la llave entrar en la cerradura.

¡Aquí está! ¡Ya viene!

Y ya respiro tranquilo pues

ya cierro los ojos seguro

arropado entre sus brazos que

llegaron cargados de caricias y flores hermosas.

Y ya la espera se me antoja lejana pues

ya nos fundimos nuevamente en uno solo.

Te he echado de menos, mi vida.