A veces

A veces tiene que haber oscuridad
que contraste con la luz.
A veces tiene que haber días lluviosos
para valorar los soleados.
A veces nos deben pasar cosas malas
para comprobar cuán felices éramos antes.
A veces hay que comer comidas insípidas, mediocres,
para valorar un buen plato.
Sin frío no existiría el calor,
sin confusión no hay claridad,
y sin fragilidad no hay robustez. 
Sin quietud no habría movimiento,
sin dolor no habría placer,
pues el mayor placer es la ausencia de dolor.
A veces es necesario el silencio
para disfrutar de la música.
A veces, aunque duela, debemos sufrir pérdidas
para comprender lo que teníamos.
A veces hay que padecer escasez
para disfrutar de la abundancia.
A veces hay que visitar una ciudad gigante
o vivir una temporada en el campo
para ver el cambio de escala.
Siempre hay que viajar, conocer cosas nuevas.
A veces es bueno poner tiempo y distancia entre tú y yo
para sentir cuánta falta nos hacemos y
juntarnos una vez más, con mayor intensidad,
disfrutando aún más de cada instante.
A veces incluso debemos pasar sed para
saborear luego el dulzor de tus labios.
A veces se necesita un opuesto para valorar lo que se tiene.
Tú y yo somos opuestos en muchas cosas,
y eso complementa nuestras muchas coincidencias.
A veces sencillamente el mundo se para
cuando estamos juntos,
o empieza a bullir porque tú lo haces girar con frenesí.
En el amor, siempre es necesario conocer personas que te gustan mucho, poco o nada
para valorar cuando encuentras a otras como a ti
y saber que eres justo lo que necesito.