Canal

Hemos vuelto.
Después de tanta espera,
tanto aplazamiento, tanta impaciencia,
los patios seguían derruidos,
las flores marchitas.
La vegetación era salvaje, descontrolada;
difícil fue atravesarla.
Las lágrimas del cielo caían
sobre nosotros. 

Se olía aún el suave
aroma de la recién caída lluvia.
Era la primera tormenta del verano.

Cabellos mojados, desordenados;

pasiones encontradas.
Entre toda la maleza,
unas pocas rosas sobresalían;
y la más fresca, tierna y bella
te ofrecí.
En un apartado rincón,
junto a las plácidas aguas de un canal,
grabada dejamos una pizarra.
Las dos ambas manos
sujeta a la piedra tenían
y, finalmente, uno, dos y...tres
desde el puente la lanzaron.

- Jamás abrí tanto mi corazón.
- No, yo tampoco.


Éste es el apartado rincón
al que llamamos nuestro.
Dos veces hemos vuelto
al largo canal;
la primera, un día
antes, nos refugiamos en
un cobijado lugar:
sentados a la sombra de 
las hojas de
un triste sauce, unidos
en un gran abrazo que
duró una eternidad.
¡Se me hizo tan corto!
El agua fresca a nuestros pies,
el sol en ella reflejado,
tus labios, el silencio,
la paz.
Volveremos, estoy seguro,
junto al metal de la esclusa a
derrochar juntos nuestro
amor.














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