Tierna rosa

Tierna rosa
de gráciles formas,
efímera belleza,
fresca fragancia;
delicada flor,
todo en ti me recuerda

a la juventud nuestra.
Cada pétalo, que
se enrosca cubriendo
los órganos sexuales,
es como una vivencia;
recién cortada es
la belleza, la perfección;
lentamente decae, desfallece,

muere.
Dos días bastan para aplastar su gracia,
desmejorar su olor,
endurecer su plasticidad,
pudrir su vida.
Grandes, orgullosas al principio,
acaban encogiendo, deshojándose,
marchitándose.
¿Cómo puede una planta
de tan agresivas espinas
y hojas dentadas
encerrar tanto encanto?
Albo, carmesí,
rosicler, ambarino,
fucsia...
La variedad de colores es
igual a la de aromas.
A partir de ahora
me declaro amante de las rosas.
¡Bendito sea mi jardín,
que tan bellas me las ofrece!










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