Manteniendo las distancias


 

 La tecnología nos ha conectado prodigiosamente

y, sin importar la distancia,

nuestro mensaje puede llegar a cualquier parte del mundo.

Podemos hablar, mas ¡cuán diferente es un chat

de un cara a cara!

Se siente tan cercano y,

a la vez,

tan lejano.

Tan intensas conversaciones,

tantos momentos banales pero 

necesarios.

A través de la pantalla se sufren

la falta de espontaneidad,

los eternos escribiendo...

los "Bloqueado".

Incluso los mensajes eliminados o modificados.

Siempre lo peor son

los silencios.

¿Por qué no contesta?

¿Dónde se ha metido?

Tantos malentendidos,

tanta impaciencia.

Y, a la par,

cuántos momentos tan distintos

del uno y del otro;

aquellos en que, faltando el contacto personal,

no comprendemos la situación del otro.

Porque no está enfrente, está muy lejos.

Las llamadas aportan más información; mas,

al descolgar el teléfono,

no sabemos qué está haciendo,

en qué circunstancia, por qué lugar se mueve la otra persona.

Encontrarlo y hablarle sin verle la cara y,

por tanto,

sin saber cómo está anímicamente,

si ha tenido un buen día o

está en un momento terrible,

si sonríe o llora.

Ni siquiera una videollamada en que

el contacto es tan frío y

los abrazos imposibles;

la conexión falla,

se corta el sonido, se pixela la imagen y

dentro de nosotros queda una pequeña frustración.

Las telecomunicaciones nos acercan pero

manteniendo las distancias:

sigue siendo apenas un hilo el que nos une.

Jamás podrán sustituir una conversación de tú a tú, y

no debemos olvidarlo.

No hay nada como un café con esa persona o

como unos vinos con ese grupo.

Y eso las redes sociales nunca podrán cambiarlo.

3 comentarios:

  1. Respuestas
    1. ¡Me alegra que te guste! ¿Conoces mi canal de Telegram? 😁 https://t.me/versossinconciertoniorden

      Eliminar