Allá donde existe la primavera eterna

Allá donde existe la primavera eterna,

no sólo el clima se agradece;

no importa la época del año, pues

siempre flores bonitas y distintas florecen.

Cuando el verano llega, los flamboyanes sacan

de sus exuberantes copas la belleza

de calmada cascada de seda;

rojo intenso sus pétalos, verde claro su follaje,

y siempre agradable la sombra a quien bajo ellos pasea.

Aves del paraíso despliegan sus raras crestas

y blancos alhelíes muestran sus molinillos.

Más adelante, el trompetero naranja se abre

y cualquier tapia es un cuadro de color intenso,

como el reflejo del más hermoso atardecer

sobre la tranquila superficie del océano;

o tal vez sean buganvillas quienes adornen

de viola los estrechos callejones.

Allá donde existe la primavera eterna,

del otoño a la primavera

pequeñas esferas rojas surgen de

las siempre curiosas tabaibas;

y, de la primavera al otoño,

de las fucsias los cálices delicados

penden tímidos, mirando al suelo.

Los exuberantes pétalos del floripondio se

desprenden con el último soplo autumnal; y

en llegando el invierno, nacen

las flores de Pascua que adornan las jardineras.

Aún relucen éstas cuando,

campanas rojas o amarillas oscilan de

las ramas de los aloes,

y de entre las negras ramas de las jacarandas

explotan en púrpura las copas, al tiempo que

cuelgan las castañuelas de sus frutos.

Allá donde existe la primavera eterna,

al llegar marzo salen disparados los

coloridos cohetes colorados de los tajinastes,

que se pelean por nacer más alto para, así,

ganar mejor el cielo.

Frutos de fuego adornan las palmeras en mayo,

a la par que los dragos se engalanan de ígneas perlas.

Anunciando el estío brotan de entre las sonoras hojas de

la falsa pimienta,

las bolas que aromatizarán los cócteles más

exquisitos; y,

de esta manera, el ciclo

de la naturaleza se repite año tras año.

Pero, además, ininterrumpidamente muestran

muchas otras tantas plantas hermosas

de sus ramas las hojas,

ya sean el pino, la araucaria,

las distintas especies de palmera o

el monteverde entero, que saca

de su condición perennifolia el nombre.

Allá donde la primavera eterna

alegra los ánimos,

la vida parece siempre bella,

y cualquiera quisiera pasarla en tan mágico lugar.

 

Monteverde

Floripondio (Brugmansia arborea)

Alhelí blanco (Plumeria alba)

Drago canario (Dracaena drago)

Palmera canaria (Phoenix canariensis)

Fucsia (género fuchsia)

Flor de pascua (Euphorbia pulcherrima)

Pino canario (Pinus canariensis)

Aloe vera
Aloe vera

Buganvilla (género Bougainvillea)


Ave del paraíso (Strelitzia reginae)

Trompetero naranja (Pyrostegia venusta)

Jacaranda (Jacaranda mimosifolia)

Tajinaste rojo (Echium wildpretii)







Flamboyán (Delonix regia)
 

Tabaiba dulce (Euphorbia balsamifera)

 

2 comentarios:

  1. Hola
    Es cierto allí la primavera es eterna, hay una variedad de flores a cual cada una preciosa

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