Barrera invisible (o no tanto) entre interior
y exterior;
foco de luz,
emisor de frío y calor;
la pared,
con vidrio, vierteaguas (alféizar), suciedad
dentro.
Puede ahogarnos en
claustrofobia
(aunque los claustros sean
tan abiertos; no entiendo
que alguien pueda tenerles miedo)
o trasladarnos fuera, al
paisaje.
Ventanas de lúbrico nombre
(correderas),
ventanas mal cubiertas en la batalla
(abatibles),
ventanas barrocas
(oscilobatientes),
ventanas de firmes convicciones
(fijas).
Ventanas con vidrio, doble vidrio, rotura de puente térmico;
o ventanas precarias de
alabastro, piel de animal, papel, telas;
vidrieras góticas,
muros de vidrio pavés.
Ventanas traslúcidas, transparentes,
condenadas.
Ventanas cubiertas con cortinas,
con persianas,
con contraventanas.
Ventanas de plástico,
de aluminio,
de madera,
de ladrillo,
de piedra…
Ventanas con barrotes,
ajimezadas,
ventanas de todas las formas.
Ventanas hay muchas;
y con ellas
y la obligación de aprenderlas
y dibujar sus detalles constructivos,
ganas de tirarse por ellas, también.
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