Almendros

Cualquier rastro de florecimiento ha sido borrado. El árbol que anticipó la primavera ha quedado mudo, despejado de su sorprendente belleza efímera para volver a mostrar sus tímidas hojas, antes ocultas por las flores. Cuando a su alrededor es todo renacer y revitalizar, cuando muchas yemas esperan explosionar en hojas y flores, el almendro se queda con el orgullo de decir que él sabía antes que nadie que el tiempo iba a cambiar, señalando algo que, embozados entre plumas y piel, no veíamos como cercano. Tal vez suceda algo parecido con muchas ideas innovadoras, olvidadas cuando no tienen nada nuevo que aportar.
Su mensaje ha llegado a buen puerto; mientras disfrutamos del mejor tiempo, el almendro se retira esperando el momento de volver a ser el protagonista de esta historia que se repite, al igual que se repiten la admiración y las ganas de que el frío acabe y el sol caliente.






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