Pasan los días y
este pesar no cesa.
¿Cómo explicarlo?
¿Me atreveré a compartirlo?
¿Acaso a nadie le importa lo que siento?
Mas sí, cómo no,
la magia de la poesía es
expresar con bellas y concisas palabras
las más íntimas emociones.
No seré el último ni el primero en situación pareja.
Sigamos, pues.
Pasan los días y
la congoja me embriaga,
mas los demás sentimientos me abandonan.
¿Qué hago yo aquí?
¿Merece la pena tanto esfuerzo?
¿Acaso he tomado la senda correcta?
Pasan los días y
la poesía no vuelve;
las jornadas se llenan de trabajo
mas mi alma se vacía
como caen las hojas de un árbol en otoño.
Pasan los días y
mis fuerzas se desvanecen.
¿Cuándo se tornó todo tan complicado?
¿Por qué me cuesta tanto
disfrutar de cada momento,
de las cosas más pequeñas?
¿Acaso es la esperanza en un futuro que no se materializa?
¿Es paciencia lo que me falta?
¿Eran mis objetivos inalcanzables?
¿O tal vez no eran lo que realmente anhelo?
Pasan los días y
mi corazón se encoge en mi pecho
y mi mente no encuentra descanso.
Pasan los días y
siempre hay más por hacer,
siempre hay cosas que mejorar,
y todo me sobrepasa.
Pasan los días y
siento como si mi propia vida no me perteneciera
y no pudiera decidir sobre ella ni disfrutarla.
Por más que pasen los días
mi ánimo no se recobra
y la voluntad y la perseverancia chocan
contra un muro de desesperanza.
¿Es que esto no tiene fin?