Sí, quiero

En este momento tan especial,

tan dichoso,

bajo la luz de este hermoso día

que brillará por siempre en nuestros corazones,

en este maravilloso instante en que

el amor de mi vida y yo nos unimos en matrimonio por fin,

de alguna manera siento

que este día ya ha pasado tiempo atrás,

y que tú y yo estamos unidos

desde siempre.

Desde hace tanto tiempo que

ni tú ni yo nos habíamos conocido todavía.

Porque ya estábamos hechos el uno para el otro.

Sólo era cuestión de coincidir,

que nuestros caminos se juntaran,

como dos arroyuelos que discurrían enérgicos en el valle de la vida,

para formar un gran río y no separarse jamás

hasta llegar al mar, que es la muerte.

Y ahora que tomo tu mano en mi mano

digo con orgullo y felicidad

que todo lo vivido no es más que el preludio

de todo lo que nos espera.

Después de unirnos,

después de responder esa pregunta que tanto anhelo,

por fin podré decir que eres mi esposa

y yo soy tu marido.

Y si me tiembla la voz no es por la duda,

es por la emoción.

La respuesta lleva tiempo tomada

y tal parece que sea el destino quien

habla por mi boca.

Porque eres el amor de mi vida.

Porque no me imagino vivir si no es contigo.

Porque sé que eres tú.

Por eso digo sí.

Sí, quiero casarme contigo,

quiero construir una familia contigo,

unirnos y apoyarnos tanto en la salud como en la enfermedad,

pasar el resto de mis días a tu lado.

Sí, amor, la respuesta está clara.

Sí quiero casarme contigo.