Escapada de la cárcel

Grave y dura era
aquella prisión.
Apenas unos barrotes
daban al exterior.
Mala era la comida,
peor la iluminación.
Cuando no pudo aguantar
más tal opresión,
Escapó sigiloso por
subterráneo corredor.
Voces de alarma sonaron
entre trompeta y tambor;
mas no lograron cogerlo,
victorioso salió de la evasión.

Lejos quedaba ya la polvorienta prisión.
Tras larga y agotadora huida
parose a descansar sobre un alcor.
Las imponentes torres del castillo
entre retorcidas ramas aparecían en su visión.
Reposaba el asesino cobijado
mas un extraño ruido lo despertó.
Al buscar entre la flora
espesa nada halló.
Cuando se hubo calmado,
ante sí oscura figura apareció.
"Maldito seas, mísero infame;
Tus culpas no tienen perdón.
Tú mataste a mi esposa,
no te dejaré escapar yo.
Que si Dios me ayuda
no volverás a ver el sol."


No hay comentarios:

Publicar un comentario