es el antiguo Campo de Marte,
explanada donde había duelos antes,
natural artificio, ahora Campo grande.
La umbrosa bóveda de múltiples hojas
nos ofrecía su abrigo;
la cristalina superficie del agua,
nuestro reflejo.
La helada figura de sensuales curvas
de un cisne solitario
se deslizaba apenas por el gélido lago.
Fuerte su pico arrasaba
la flotante verdura,
olvidada en el estanque lechuga.
El continuo canto de pájaros
de coloridas plumas
era la música de fondo.
Gracioso el paso, rítmico el movimiento
de su cabeza, lascivo su cola muestra
ornada de ojos que no ven,
pelaje que parece un impresionista
lienzo. Celosa su llamada
es grito gallardo que a su pava,
(de la realeza si no el linaje,
el nombre) reclama.
Atracción del parque, encanto de las masas,
libidinoso el pavo pasea,
y cuidadoso el pico recoge
la comida con que los niños le obsequian.
También se unían en parejas
los de torpe andar,
marrón el de ella plumaje,
verde de él la cabeza, patos.
Incluso ariscos gatos
entre las ramas escondidos
tenían cerca, en los arbustos,
sus gatas de pelo sucio.
Caía el sol entre altos árboles,
luciente cielo, negra espesura.
Acuáticos, aéreos o terrestres,
todos el calor buscamos
de la compañía, del amor,
en la alteradora primavera.
Esta foto es: busca al pavo real.
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