Lentamente la llama consume
la blanca pasión de cera.
Suave es el olor a vainilla,
símbolo es la vela.
Lentamente la llama enciende
la pasión, el gozo, el amor.
Pirómanos, juntamos nuestros labios
alimentando el calor.
¡Cuidado! ¡Cuidado!
Con el fuego no se juega,
porque podría arder el juego.
Disfrutemos de las caprichosas ondas
flamígeras,
pero a distancia, con cautela.
Y cuando las brasas desciendan,
presurosos saltaremos cualquier hoguera
que la fascinación por su magia
no se convierta en combustible descuido.
Ssh... ¿escuchas el crepitar de la madera?
¿Ves las parábolas de las pavesas?
Las chispas saltan como bengalas.
Las cegadoras olas en vano intentan
ascender al cielo junto al humo.
Grave el desértico viento consume
el caldeado mar,
que lentamente pierde altura.
Sólo brasas quedan ya.
En este San Juan de grana,
yo ya he pedido mi deseo.
A las brasas lo he lanzado,
no para cumplirse sino mantenerse,
y más depende de ti que de los astros.
Este año, mi sueño es
la felicidad.
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