La inspiración es dama caprichosa
a quien no bastan llamadas ni ruegos,
voces lisonjeras o recios llamados,
regalos o alhajas.
Antojadiza, jamás entra por la puerta
ni le gusta ser vista acompañando a nadie,
pues no entiende de celos y
a todos nos visita.
Cuando al fin lo hace,
casi siempre robando momentos a mi sueño,
es la amante más ardiente,
pero también la más ardua;
la más difícil de atraer y
la más fácil de alejar.
Y con ella una chispa salta
en mi cabeza y,
como llena de gasolina,
en un instante prende toda mi mente.
Todo mi ser estalla y ya no encuentra reposo
ni calma.
Un torrente de ideas surge y cae
con fuerza sobre una noria,
moviendo frenéticamente mi ánimo,
encauzando la potencia acuática.
Impulsos nerviosos se apoderan de mí,
buscando las letras, las palabras, las teclas;
y al fin brotan
como de una botella rota,
desparramándose por los surcos de tierra,
haciendo crecer las semillas,
los troncos,
las ramas,
las hojas,
el árbol y los frutos.
Acabada la obra llega paz
y gran satisfacción; mas
como haya otra a medias,
pronto saldrá su sed de marinero perdido
en la mar, se
removerá insaciable,
y no quedará satisfecha hasta ver colmados sus anhelos;
crecidos sus hijos, nunca bastardos,
pues con esfuerzo se han parido.
Cuando se marcha, siempre sin avisar,
estoy demasiado cansado;
el sosiego y el sopor,
como después de un orgasmo, me invaden;
me tiendo agotado sobre la cama
y duermo al fin.
Mira el vídeo recitando este poema en https://www.instagram.com/tv/B_E6HuFJu4_/?igshid=12tazg0c47eaj
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