Y,
despistados como estábamos,
retumbó en la negra esfera,
con ruido de tambores rotos,
el rayo de fuegos artificiales con
cientos de colores.
Los truenos rugían en la atmósfera
oscura,
iluminando las pupilas de
niños en hombros de
sus padres.
Quedamos en suspenso,
como
las chiribitas en
el
cielo.
Rompió el aire la
traca ensordecedora.
Una chiquita se tapaba las orejas mientras
una ambulancia apartaba a la
multitud.
La explosión intensa de llamas flamígeras
me dejó boquiabierto, sin poder
moverme
apenas. ¡Qué fuerza,
qué rugido emerge
de las entrañas del fuerte!
Los oscuros sillares de la
ciudadela se
apagaron al fin, acabando
un momento mágico e inolvidable.
Después siguió la fiesta.
¡Viva san Fermín!
¡Gora!
Aquí dejo el vídeo que hizo mi amigo sobre este viaje.
VOLVEMOS A SAN FERMÍN Pamplona | Vlog 35
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