Como una arrebatadora salsa nos movemos
a un solo ritmo que
puede ser frenesí,
puede ser dulzura,
puede ser aventura,
puede ser éxtasis.
La pista de baile es la vida;
los pasos, el aprendizaje.
Siempre alegres, siempre
animados,
yo te sigo a ti
y tú me sigues a mí,
y con apenas una mirada nos transmitimos
lo que sentimos,
lo que anhelamos,
el paso siguiente.
Tiernas y sensuales son
nuestras voces al cantar los estribillos,
ágiles y estudiados nuestros movimientos
coordinados.
No hay lección que no aprendamos,
no hay canción que se nos oponga,
pues aprendemos día a día y
juntos somos más fuertes.
Siempre que nos juntamos, la música invade
nuestros cuerpos,
la sonrisa abarca nuestros rostros
y se agitan nuestros corazones.
¡Qué gran pareja de baile!
¡Qué gran pareja!
Lástima no haber aprendido aún salsa
más que en la metáfora,
en el sentimiento y
en el divertido intento.
¿Me acompañas en la próxima lección?
¿Bailas?
Idilio - Willie Colón
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