Todo aquel que la conoció lo comprobó.
Cuando me hablan de bondad, yo pienso en ti, abuela.
Nunca he conocido persona más noble y buena
que tú.
Eras una persona de todo dar.
Mi abuelo fue muy feliz, y mi familia toda,
y tú tuviste mucho que ver, abuela.
Aún hoy me siento dichoso de ser nieto de quien soy.
Hoy mis mejores recuerdos vienen a mi memoria;
cascadas marinas brotan de mis ojos,
pero también una amplia sonrisa marca mi rostro empapado.
En mi vida sólo pido rodearme de gente como tú, Sebastiana.
Sólo pido eso.
Y nada me gustaría más que celebrarlo una vez más
todos juntos alrededor de la mesa
y una tarta en medio y tu sonrisa pura alumbrándonos.
Sólo nos quedan las fotos y el recuerdo.
Mis mejores recuerdos son para ti este día.
Te quiero mucho, abuela.
Gracias por ser como fuiste, aún hoy
eres un ejemplo a seguir.
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