¡Qué momento, dios mío!
¡Qué momento!
Mi corazón brinca en medio de mi pecho
igual que haré yo cuando al fin te vea
abriendo las puertas de nuestro hogar.
¡Qué larga la espera!
Tanto como esas noches de cama medio vacía
(no medio llena)
de alargar la mano y tocar vacío.
¡Qué nostalgia pensar
en la hermosa vida que hemos construido juntos!
Mas no me duele porque sé
que muy pronto volveré a tenerte entre mis brazos
y yo seré tuyo igual
que tú serás mía.
¡Ya aterrizó el avión! ¡Ya mi amor me espera!
Y ya en un abrazo enorme y cálido
me envuelves al fin.
¡Qué momento, dios mío!
¡Qué momento!
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