Gijón parece haberse levantado con nostalgia de domingo.
Los pocos paseantes no
quitan esa sensación de ciudad
fantasma.
Junto a nosotros la
arena se besa con la sal y la espuma.
El rumor es continuo,
el silencio también,
y flotamos en la paz armoniosa, rodeados
de niebla.
¿Cuánto llevamos
andando? ¿Cuánto
nos falta?
En ningún momento nos lo planteamos.
Junto a la bruma,
las dudas y temores se
disipan
y la inspiración vuelve.
Parece que hasta las ruedas hendiendo
la calzada mojada se
pierdan.
Pintinea a veces
y no se sabe si las gotas vienen de cielo
o mar.
En ocasiones pienso que
lo único que me vincula a este
mundo, a
esta ciudad,
no son mis pasos que se hunden en la arena,
mas tu mano sobre la mía; y veo que,
si el mar es el leitmotiv, nuestros besos
y risas
son los acordes de
esta mágica sinfonía, sin principio
ni...
No hay comentarios:
Publicar un comentario