Buenos días, mi amor,
abre esos lindos ojos tuyos que
me derriten con su brillo enamorado.
Mira que ya amaneció,
ya el sol entra por la ventana
y allí afuera, detrás de esa puerta, nos espera
la vida entera.
Estírate, remolonea un poco más si quieres,
vive, sé tú misma,
y dame la mano para acompañarme
un día más
en este hermoso mundo que hemos creado.
Levanta, gandulona, hay mucho por hacer.
Pero, antes, abrázame un poco más,
que entre tus brazos toda angustia desaparece
y me siento abrigado y seguro.
Cuando estés lista, salgamos
para seguir construyendo esta vida juntos.
Te quiero, vida mía.
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