Toda gran celebración merece un gran viaje. Aunque no ha sido como esperábamos, éste ha sido un viaje maravilloso. Hemos visitado de carretera en carretera Segovia y Turégano. Pero primero dibujé un mapa de los pueblos de interés segovianos, sus carreteras y distancias, y allí que nos fuimos a celebrar la fiesta de la hispanidad.
Montañas negras
bajo blancas nubes;
amarillos campos...
reposo,
murmullo de fuente y besos,
hojas caídas;
el campo
el campo
frente al parque.
Cualquier arco,
cualquier escudo,
cualquier tapia de piedra y hiedra
rezuma historia.
Una ciudad intrincada,
donde cualquier recoveco,
apartado,
escondrijo,
huele a leyenda,
aventura,
amor.
Callejeamos por aljamas,
nos adentramos en
oscuras iglesias románicas
y luminosas catedrales góticas;
ascendimos hasta inexpugnables
fortalezas,
dominando los kilómetros...
Y cuando menos lo
esperábamos,
cuando menos lo
deseábamos,
nos sorprendió el ocaso.
Segovia,
(Pedraza, Riaza, Sepúlveda, Cuéllar, Coca, Riofrío, Fuentidueña, Ayllón...)
ten por seguro que
volveremos.
dominando los kilómetros...
Y cuando menos lo
esperábamos,
cuando menos lo
deseábamos,
nos sorprendió el ocaso.
Segovia,
(Pedraza, Riaza, Sepúlveda, Cuéllar, Coca, Riofrío, Fuentidueña, Ayllón...)
ten por seguro que
volveremos.
Qué bien lo he pasado planeando este viaje, esperándolo, viviéndolo. Sobre todo viviéndolo, porque lo hice contigo.
Juntos
podemos llegar al fin
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