¿Quién lo desencapotará?

Los faros de los coches iluminan
los rebotes de las gotas.
El suelo,
cubierto de flácidas
hojas,
es golpeado por castañazos.
Un arrollador autobús,
lleno de somnolientos
pasajeros,
inunda en su inesperada ola
las aceras.
Comienza a clarear
(más tarde cada día)
mientras
los niños chapotean
con sus botas y
menean sus paraguas.
Sus padres los frenan en vano
en su alborotado camino
a la escuela.
Se dibujan duplicados
los difusos contornos
de paraguas y siluetas.
De las iglesias salen
despedidos
arroyos desde las bajantes
estrepitosas.
Se inundan los imbornales,
saltan pompas púrpuras...
Los infantes
se sueltan de las manos paternas
corriendo y gritando
trabalenguas.
El cielo está encapotado, ¿quién lo desencapotará?

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